01 mayo 2014

El 1 de mayo y la perversión neoliberal

Acostumbrados a habitar en la superficie de las cosas, se ha infiltrado en nuestra cotidianidad la frase "Dia del Trabajo", hija de las perversas teorías de Fukuyama, No es por lo tanto extraño escucharla en todos los medios útiles a los intereses capitalistas. La anulación del sujeto tiene la clara intención de hundir en el polvo de la historia la lucha de la clase trabajadora y de convertir un día de reafirmación proletaria en un festejo, en un elogio al trabajo. Es otro de los tanto símbolos obreros transformados por la sistema como el llamado "Dia de la Mujer". Se ha dicho y repetido hasta el hartazgo que el trabajo dignifica, ciertamente no lo creo, no creo que los hombres de Armani se sientan indignos o sean mal visto por esta sociedad en donde impera la moral burguesa. No creo que los miren mal en los restaurantes o que le nieguen la palabra por no trabajar. Evidentemente es todo lo contrario, el dinero hace la dignidad, por lo menos en este momento de la historia. Lamento ser así de materialista, pero creo que hemos caído otra vez en la trampa cristiana del reino de los cielos para los pobres. Arriba no hay mas que nubes y un sol que como una excelente película italiana anuncia no sale para los obreros.

"La historia del trabajo es la historia de un saqueo" dijo Paúl Aries con una certeza extraordinaria. Expulsados de nuestro autentico edén por la cruz y la corona, los americanos fuimos sometidos a la condena bíblica del trabajo. La humanidad dejo la caza y la agricultura de subsistencia por una eternidad de esclavitud asalariada. Debo recordarles a los amigos del "Día del Trabajo" que los trabajadores son lo que son porque no tienen otra opción y no por un falso ideal. Se ven obligados a separarse de sus familias y trabajar para otros por la coacción del sistema que casi no deja grietas.

Un compañero metalúrgico me enseño una vez que este era un día de luto, por los que cayeron en Chicago y por los que siguen cayendo en todo el mundo. Aunque los trabajadores sean la base que mantiene en pie el sistema, socialmente son los nadies, los que no han podido saltar el muro de la pobreza. ¿Debemos entonces agradecer el trabajo? No, es mi respuesta. Debemos enorgullecernos de ser lo que somos y no de lo que hacemos que es resultado casi de un destino prefijado.

Feliz día de las trabajadoras y los trabajadores.


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