06 noviembre 2012

Patriotismo sin patria

Terminando de leer "La voz y la furia", libro que recoge los artículos del ahora best seller Stieg Larsson, donde advertía con preocupación el avance de la extrema derecha en Europa, me puse a divagar sobre nuestra ultra derecha. En la actualidad podemos nombrar dos grandes referentes; el primero por motivos históricos es Alejandro Biondini, el segundo es Cecilia Pando. En varios actos reivindicatorios de la última dictadura, y en algunas manifestaciones marginales se los ha visto juntos. Además esta derecha ha participado de forma, algunas veces oscura y otras más clara, en los últimos cacerolazos, esto nos lleva a preguntarnos sobre su posible presencia en el 8N.

 De Cecilia Pando poco me interesa decir, es como todos saben, la referente de un sector que ha perdido sus privilegios de impunidad. La figura más destacable de esta bolsa de gatos es Biondini. Un extraño sujeto sin dudas. Lo más particular lo hallo en sus contradicciones y la de sus seguidores. "Kalki" como se hace llamar, es un nazi confeso que tiene la costumbre de rodearse de militares retirados y genocidas responsables de la entrega del patrimonio nacional. Como es obvio deducir, ni el más liberal de los nazis se sentiría cómodo aliado con un "vende patria". Entonces la pregunta que surge es: ¿Es el místico y estudioso Biondini un nacionalista? Varias respuestas pueden explicar esta contradicción vital, pero las principales son dos. La primera es que "Kalki" para no quedar completamente aislado busque alianzas con esos sectores, la segunda y más posible es que el nacionalismo no sea más que una excusa para defender genocidas y negar holocaustos. Al parecer solo se trata de sectores ultra reaccionarios y antidemocráticos que se escudan en un falso patriotismo para captar a una juventud extraviada ideológicamente.

 Otro aspecto contradictorio del líder del PAS (Partido Alternativa Social) es su estrecha relación con el catolicismo más conservador, otra gran diferencia con el espíritu filosófico del nacionalsocialismo. Solo nos queda pensar que estamos ante un simple antisemita. Quizás la patria para Biondini no sea otra cosa que esa imagen militar de los símbolos nacionales que ensalzaban mientras destruían al estado. Quizás lo que estos "nacionalistas"  buscan excitados es ese país militarizado que perdieron en el 83. En resumen lo que une a Pando con "Kalki" no es el amor por la patria sino un enemigo en común: la democracia.

 Nadie sabe bien que nos deparara este 8N, lo único que sabemos es que un grupo importante de personas heterogéneas marcharan tan solo unidas por el odio, imagen que bien podría confundirse con las masas del nazismo.

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